lunes, 12 de noviembre de 2007


El incidente protagonizado en la clausura de la 17 Cumbre Iberoamericana por el rey Juan Carlos I y el presidente venezolano, Hugo Chávez, es reflejo fiel de la relación imperante entre el régimen español y algunos gobiernos latinoamericanos cuya visión se aleja cada vez más del antiguo centro colonial. La insólita salida de tono de Juan Carlos, mandando callar a Chávez, dio el tono a una reunión en la cual, por primera vez en esas encerronas de altos vuelos, los empresarios españoles fueron objeto de duras críticas de los gobernantes de Argentina, Venezuela y Nicaragua.

Es cierto, que el presidente velezolano, de forma poco respetuosa e actitud intolerable, interrumpio varias veces al presidente Zapatero, cuando este argumentaba que no se podia descalificar así a alguien elegido con las fuerza de los votos, y dicho allí y de esa forma, si que es cierto que fue poco adecuado, pero a nadie se le debe descuidar que las palabras de Hugo Chavez estaban cargadas de razones, y que mucho mas antidemocratico es llevar al pueblo español a una guerra contra la voluntad popular o mentir descaradamente sobre 192 muertos, ¿alguien dudaria de tachar de fascista a Hitler? el fue reelegido tres veces consecutivas democraticamente. Ademas, la actitud del monarca, fue tipica de una rabieta de niño de colegio, abandonando la sala, y luego se dejo convencer para volver.
Lo lamentable, que todo esto pase, para tapar el debate de las ideas, justo en un momento, en que latinoamerica, empieza a lebantar la cabeza ante los abusos de europa y estados unidos.

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